Sus pasos golpeaban el suelo con mayor firmeza que el choque de dos imanes procedentes de la misma pieza.
De su primera vida solo recordaba que el miedo la impidio romper barreras, la paralizo cuando estaba preparada para sacar sus alas y echar a volar.
Ahora eso no la frenaba. Sus manos sujetaban con consistencia el plano de su nuevo camino. Un camino que ella misma habia dibujado. Un camino con un trazo sólido, una camino con una profundidad imborrable.
Ahora su mirada estaba fija en el presente. Olvidaba el pasado una vez que habia ocurrido & el futuro era algo que no la inquietaba. Su único interés era no volver a dudar entre dos direcciones. Sólo anhelaba tener un rumbo.
No le suponia ningún problema andar sobre cristales rotos o sobre lava hirviente porque no desconfiaba de su nueva fuente de fuerza.
Puede que algún día yo sea esa chica
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